Siempre te van a juzgar. Siempre.

La gente juzga, lo hacen continuamente, seguramente todos y cada uno de nosotros ha tenido que soportar que le llamen algo desagradable que ha hecho más daño del que nadie creería que podría hacer...

La gente tiende a decirte como debes comportarte, tiran piedras contra tu ventana y hasta que no lo han destrozado todo no paran de golpearte una y otra vez, se supone que los años te hacen más fuerte, más inteligente e incluso más astuto pero siempre existirá alguien que sea capaz de hundir todas las barreras que pusiste a tu alrededor. 

Todos nos hemos sentido ofendidos, yo también, puede que ahora parezca un chico que está más que orgulloso de en quien se ha convertido pero no es así, me veo a diario en el espejo y por mucho que mire no hay nada que me guste en lo que veo, intento que la gente no me vea como yo lo hago, tiendo a ponerme ropa ancha, un montón de collares, anillos y pulseras que distraigan a la gente de mirarme y tengo la cualidad de comportarme como una zorra moviendo las manos de sobremanera, alardeando de lo fantástico que soy y de todas y cada una de mis cualidades pero cuando llego a casa todo eso, todo lo que he pasado el día intentado creer a la gente que soy se viene abajo, las paredes arden, las ventanas se hacen añicos y yo me quedo sentado durante horas en una habitación vacía, la gente suele llamar a esa ``habitación vacía´´ subconsciente pero mi subconsciente pasa la mayor parte del tiempo vacío, intento no pensar en nadie porque si lo hago acabaré comparando a esa persona conmigo y acabaré por perder. No quiero decir que intento ser fuerte porque no lo intento, simplemente lo soy, con el tiempo sin darme cuenta he aprendido a ser valiente y a saber controlar quien soy, como no llorar delante de nadie y como saber que decir en cada momento pero en realidad no tengo idea de nada, no sé quien soy, y cuando parece que lo sé todo lo que pensaba se viene abajo porque soy ese tipo de persona a la que siempre odié.

No hay motivo para ser quien soy, la gente siempre cuchichea a mis espaldas, me llaman gordo, maricón, hortera, sin futuro, idiota y no me importa que lo digan, me importa el hecho de que sé a que se refieren porque conozco cada una de esas palabras y las he utilizado más de una vez en mi contra.